Definición de Pipistop

El dispositivo de Mowrer o Pipistop está basado en diferentes experimentos llevados a cabo por Mowrer y Mowrer (1938). El modelo de dispositivo que utilizamos nosotros es básicamente igual pero, obviamente, actualizado por los aportes de la electrónica moderna.

El dispositivo es una cajita de plástico de reducidas dimensiones que va sujeto al pijama con un imperdible de seguridad. Está dotado de un zumbador, un interruptor y sensor de humedad colocado en la parte extrema de un hilo de un metro de largo. El sensor de humedad mide 13X31 Mm. y se introduce en un salva-slip pegado al calzoncillo o a las bragas lo más próximo posible al pene o vulva. De esta manera, inmediatamente que el usuario empieza o orinar, se humedece el sensor y suena el zumbador sin existir apenas demora entre el comienzo de la micción y la puesta en marcha del zumbador. Esto hace que el niño se despierte inmediatamente. Dos o tres gotitas de orina son suficientes para conseguir activar el zumbador y que el usuario interrumpa la micción y se despierte. La consecución de unos cuantos ensayos adecuados son suficientes para que el niño deje de orinarse.

Definición de Pipistop2014-02-04T18:51:03+01:00

Qué debe saber

ACTITUD DE LOS PADRES.

No castigar nunca al niño cuando se orine. Ni física, ni psicológica ni socialmente. La enuresis, si bien no es una enfermedad, es un problema que en ese momento el niño no puede superar, y lo que necesita de los padres es comprensión, -que no complacencia- para superar el problema.

Cuando el niño es castigado por orinarse, tenderá a sentirse culpable sobre algo que no pueden controlar, por lo que desarrollará conductas depresivas o agresivas, según los casos.

 Paliar los efectos aversivos de la enuresis. El orinarse por la noche lleva consigo una serie de efectos negativos sobre el niño, tales como dormir húmedo, mojar las sábanas, mantener una higiene especial para no oler a orina, no poder salir de excursión, no poder dormir en casa de amigos y familiares, etc. Los padres, cuanto más intenten tapar el problema del hijo, más están reforzando negativamente la conducta de ser enurético, con lo cual la conducta de orinarse se consolida. Con ello no queremos decir que no

haya que evitar las consecuencias negativas de la enuresis, pero ha de para que sea él quien ponga en funcionamiento los mecanismos necesarios para disminuir los problemas derivados de su enuresis. Es una manera de actuar de forma madura, activa y responsable.
Nunca humillar o avergonzar públicamente al niño.
Nunca levantar al niño por la noche. Si lo hacemos, no le ayudamos a crear el mecanismo interno de despertarse asociado a las ganas de orinar, únicamente evitamos que se orine esa noche

 

CONDUCTA DEL NIÑO.

No utilizar pañales, ya que estos enmascaran la sensación mojado/seco y constituyen un consentimiento latente para orinarse. Al mismo tiempo, eliminan las consecuencias aversivas derivadas de la micción, así como la sensación propioceptiva en el cuerpo del usuario al sentirse húmedo. El niño se despreocupa y no puede crear el mecanismo de despertarse cuando siente ganas de orinar. Adquirir buenos hábitos de higiene, tanto personal como de su habitación.

 

MEDICACION
No tomar medicamentos si no están prescritos por un médico. Los medicamentos más utilizados son:

  • Imipramina (tofranil) a dosis de 25 a 125 mg. por noche, sin exceder los 5 mg. por kilo de peso. Es deseable el seguimiento o control cardíaco mediante electrocardiograma. Se estima una tasa de exito de un 15% y un alto índice de recaída al retirar la medicación.
  • Desmopresina (minurin), un análogo de la hormona antidiurética vasopresina, reduce rápidamente el número de noches húmedas por semana, pero existe alguna evidencia de que esto no se sostiene después de finalizado el tratamiento. Al mismo tiempo, se recomienda a los niños no beber más de 240 ml. de líquido durante el tratamiento para evitar el posible riesgo de intoxicación hídrica.

Imipramina (tofranil) a dosis de 25 a 125 mg. por noche, sin exceder los 5 mg. por kilo de peso. Es deseable el
seguimiento o control cardíaco mediante electrocardiograma. Se estima una tasa de exito de un 15% y un alto índice de
recaída al retirar la medicación.
Desmopresina (minurin), un análogo de la hormona antidiurética vasopresina, reduce rápidamente el número de noches húmedas por semana, pero existe alguna evidencia de que esto no se sostiene después de finalizado el tratamiento. Al mismo tiempo, se recomienda a los niños no beber más de 240 ml. de líquido durante el tratamiento para evitar el posible riesgo de intoxicación hídrica.

 

ALIMENTACIÓN.

No tomar los alimentos que a continuación referimos, después de la comida, o a partir de las 4 de la tarde, ya que modifican
el tono neurovegetativo del niño y que pueden inhibir o estimular el sistema nervioso central.

  • Bebidas espumosas: Coca-Cola, Fanta, etc.
  • Especias y picantes: salazones, embutidos, escabeches, etc.
  • Chocolate y derivados: batidos, Nocilla, Cola-Cao, etc.

 

Qué debe saber2018-01-15T22:30:49+01:00

Ventajas

Ventajas de Pipistop®

  • Permite que el usuario se mueva con total comodidad.
  • Es muy práctico y cómodo.
  • Está provisto de dos sonidos: uno continuo y potente y otro intermitente y menos potente.
  • Gran durabilidad. Evita la utilización de pañales.
  • Permite al niño beber la cantidad de agua que quiera, a la hora que quiera.

Ventajas del sensor.

  • Se ajusta a todos los usuarios.
  • Es pequeño, cómodo e higiénico.
  • Unas pequeñas gotitas son suficientes para que suene el zumbador y despierte al usuario.
  • Es recambiable. Se utiliza con un salva-slip, sin tener que usar ninguna prenda incómoda ni extraña

Características técnicas:

  • Dimensiones de la caja: 5 x 3 x 2 cm.
  • Peso: 36 gramos con pila.
  • Alimentación: pila 12 voltios modelo 23 A (tipo mando a distancia de garaje).
  • Consumo sin sonido: 0 mA. Consumo en intermitencia: 10 mA.
  • Consumo en continuo: 20 mA.
  • Protección de cambio de polaridad
Ventajas2018-01-15T22:30:49+01:00

El cerebro puede ser el culpable de la enuresis nocturna.

En Estados Unidos, 5 millones de niños mojan la cama durante la noche. Al igual que ocurre en el cuento del lobo, si la vejiga envía constantemente señales al cerebro para activarlo, éste podría acabar ignorándola cuando realmente necesita que le preste más atención.

Esa teoría se podría explicar al fenómeno de la enuresis, nombre médico dado a mojar la cama de noche. Tal planteamiento lo realizaron investigadores de Hong Kong, quienes se dedicaron a comparar la cantidad de señales que envían niños con historial de enuresis nocturna hacia el área cortical del cerebro durante el sueño, con las de un grupo de control que no moja la cama al dormir.

La conclusión que obtuvieron los especialistas, al terminar de medir la emisión de ondas cerebrales, es que los niños que sufrían enuresis o pérdida involuntaria de orina durante la noche habían enviado el doble de señales hacia la corteza cerebral que los que no se orinaban en la cama.

«Hallamos que los niños con enuresis, aunque tienen un sueño más ligero asociado a las activaciones corticales frecuentes, no pueden despertarse completamente.
Especulamos que la transición entre el sueño ligero y el despertarse totalmente puede ser suprimida paradójicamente a causa de la estimulación excesiva a largo plazo por las señales de la vejiga», indicaron los autores del estudio, cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista médica New England Journal of Medicine.

En Estados Unidos, la pérdida involuntaria de orina de noche afecta a 5 millones de niños, según indicó el organismo de investigación médica del gobierno estadounidense, National Institutes of Health. Aunque no existe una edad determinada en la que los niños superen este problema, sí se ha comprobado que a medida que crecen tienden a experimentar menor cantidad de episodios de enuresis.

Si bien aún no han descubierto la causa o causas exactas de este problema, la comunidad médica sabe que varios factores lo causan. Uno de ellos está en el ADN.

«Sabemos que existe un componente genético muy importante en la presencia de este fenómeno. Por ejemplo, si ambos padres padecieron enuresis cuando eran pequeños, el niño tiene una probabilidad de al menos setenta por ciento de heredar el mismo problema», explicó el doctor Jeffrey Stock, jefe de Urología Pediátrica del Centro Médico Monte Sinaí en la ciudad de Nueva York.

Señaló que también existe una conexión entre los ciclos del sueño y la enuresis, y que el reflejo que suprime la descarga de la orina queda reprimido por la noche en los niños que mojan la cama. «La vejiga de un niño actúa como un órgano reflejo que se contrae automáticamente. Sin embargo, aprendemos involuntariamente a suprimir ese reflejo», explicó.

También añadió que, por lo general, los niños que se orinan en la cama por la noche controlan ese reflejo durante el día, pero cuando están dormidos vuelven al patrón de sueño de cuando eran bebés y no suprimen la acción refleja de la vejiga.

Otro posible factor que provoca la enuresis nocturna es la acción de la arginina vasopresina, también llamada hormona antidiurética, que impide que el cuerpo excrete fluidos, especialmente al dormir.

«Los niños que se orinan en la cama no producen suficiente hormona antidiurética», explicó Francis Schneck, director de Urología Pediátrica del Hospital Infantil de Pittsburgh. Según dijo, esto puede tratarse con medicamentos, aunque su éxito no es seguro pues de los niños que reciben un medicamento sólo a seis de cada diez les da resultado, lo que indica que el problema tiene varios componentes.

Los niños que mojan la cama envían el doble de señales al cerebro para retener líquido, pero éste parece ignorarlas

Traducción: Servio Viloria

Publicado por Serena Gordon en HEALTHDAY.

Reproducido en casttellano en EL UNIVERSAL.

El cerebro puede ser el culpable de la enuresis nocturna.2014-08-19T16:02:37+02:00

Vinculan la enuresis nocturna con la hiperactividad infantil

Los niños mayores de 5 años que se hacen pis de noche en su cama al menos cinco veces al mes sufren enuresis. Se trata de una enfermedad -muchos médicos
lo consideran solo un problema- que, si bien fisiológicamente no tiene importancia (solo en un 2% de los casos se prolonga más allá de los 16 años), puede
afectar muy negativamente al desarrollo emocional del menor.

Los médicos que han estudiado este mal han detectado dos grandes factores de riesgo para padecerlo: el genético, ya que si los dos padres lo han sufrido,

los hijos tienen un 50% de posibilidades de padecerlo; y el de maduración, pues se ha descubierto que la enuresis está vinculada a la hiperactividad o,
dicho de otro modo, es frecuente que los niños que la padecen sufran también algún grado de hiperactividad. La inmadurez neurológica puede estar detrás
de ambos problemas.

Por eso, las medidas que se tomen para resolver este conflicto no pueden abarcar solo un aspecto, sino que deben atender la situación particular de cada
caso y descartar desde el inicio problemas fisiológicos -como quistes en la vejiga, por ejemplo-, que suponen nada menos que un 10% de los casos de enuresis
que se tratan en las consultas.

Frente a este problema, habitualmente se adoptan dos actitudes por parte de los padres: no dar importancia a la situación y, si no se resuelve, es el propio
niño quien, sobre los 10 años, pide que lo lleven al médico; o enfadarse con el crío e incluso hacer escarnio de su problema, comentándolo en voz alta
ante familia y amigos. Ninguna de las dos opciones garantiza una mayor rapidez en la superación del problema, pero una actitud agresiva por parte de la
familia sí repercute en el carácter del niño, sobre todo cuando se va acercando a la adolescencia. La cantante Barbara Streisand o el escritor George Orwell
reconocieron de adultos haber padecido la enfermedad y que esta les había marcado, convirtiéndolos en niños introvertidos.

Pero este es un problema que está ahí desde hace muchos años y no varía en número de afectados. De hecho, empezaron a realizarse estudios al respecto cuando,
en la Segunda Guerra Mundial, se descubrió que muchos soldados jóvenes se hacían pis en la cama.

 

 

Publicado en «La voz de Galicia»:

Vinculan la enuresis nocturna con la hiperactividad infantil2014-02-04T18:49:53+01:00

Enuresis en niños

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta problemática está incluida dentro de su Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales y del Comportamiento (CIE10) como un trastorno de las emociones y del comportamiento, de comienzo habitual en la infancia y adolescencia.

Los médicos y los psicólogos ponemos énfasis al hecho que la enuresis no es una enfermedad, sino un síntoma y que por lo general no está en relación con problema de los riñones o la vejiga. Sus causas están en discusión pero se piensa -que tal como lo clasifica la OMS-, la enuresis también puede ser el resultado de emociones y tensiones en el niño que requieren atención.

La enuresis es la falta del control del esfínter urinario, involuntario e inconsciente. El niño no se da cuenta que tiene que ir al baño, por ello no podemos dejar pasar por alto aquellos afectos y aspectos emocionales que hay detrás de ese síntoma.

Para diagnosticar la enuresis, el niño tiene que tener los cinco años cumplidos o una edad mental inferior a los cuatro. Para hacer el diagnóstico y para considerarlo como problema necesitamos, al menos, una frecuencia de tres noches por semana o episodios que se prolonguen durante seis meses.

Podemos diferenciar dos tipos de enuresis:

 

–  Primaria, en el caso de aquellos niños que nunca lograron un control de esfínteres; y,
– Secundaria, cuando han aprendido ese control pero lo pierden. Tiene que haber pasado un mínimo de un año durante el cual estuvieron secos, sin orinarse en las noches.

 

Con frecuencia la enuresis secundaria se inicia entre los 5 y los 7 años de edad.  En el caso que el niño ya hubiera controlado la orina y vuelve a mojarse, se trata de un «retroceso» en las funciones aprendidas y esto está generalmente relacionado con cambios en el medio ambiente familiar, puede ser una mudanza, el nacimiento de un hermanito, un duelo, cualquier acontecimiento lo suficientemente importante o estresante como para conmoverlo y motivar -inconscientemente- esta regresión a estadíos anteriores del desarrollo.

 

Las causas que afectan al niño pueden estar en relación a diferentes personas de su mundo como son:

RELACIONES PATERNOFILIALES

La forma como se relaciona el niño con sus padres es muy importante para su desarrollo evolutivo y de la personalidad, y cuando esto se ve afectado por malos tratos u otras causas surge la enuresis como una manera de hablar del niño a través de su síntoma.

Está muy relacionado a las siguientes actitudes de los padres:

1. Actitud de rechazo hacia el niño, de ansiedad de los padres, sobre todo de la madre.

2. Sobreprotección: los niños muy protegidos y mimados tienen un retraso en el proceso evolutivo y en el establecimiento de los hábitos de control de esfínteres ya que ellos se ven a sí mismos como » pequeños y sin necesidad de crecer».

3. Indiferencia de los padres frente al hijo que puede ser directa y clara o camuflada pero el niño lo percibe.

4. Falta de preparación del niño en los hábitos de micción. Puede deberse a la sobreprotección.

5. Muchas veces los padres han sufrido de abuso y traumatismo cuando ellos tuvieron que aprender a controlar la orina y proyectan esa ansiedad en el niño.
RELACIONES ENTRE HERMANOS

Los celos entre hermanos hacen que el niño enuretico sienta la necesidad de ser «bebe» y por tanto inicia conductas de aquella etapa. Si a esta situación le sigue alguna de estas circunstancias, las repercusiones serán mayores:

1. El nacimiento de un hermanito es próximo a la época en la que el niño inicia su aprendizaje .

2. Relación del niño con los padres, sobre todo si está teñida de sobreprotección o abandono y el bebe que nacerá surge como una amenaza.

3. Si el niño era hijo único o único en su sexo o muy distanciado de los hermanos en edad.

4. La educación muy temprana o muy rápida en este hábito sin respetar los tiempos de cada hijo.

 

Se ha podido encontrar que existen rasgos de personalidad en los niños que presentan enuresis , veamos algo de esto:

* Niño oposicionista: el conflicto es generalmente familiar. La oposición se acentúa sobre la madre. Tiende a oponerse a su entorno para hacerse notar y ocupar un liugar en su familia y la enuresis apoya esta necesidad.

* Niño imitativo: tras observar la atención que se le presta a un hermano/a enurético imitan la conducta. Asumen que esta es una buena manera de obtener atencion y amor.

* Niño pasivo: le da igual todo, soñador, distraído, lento, miedoso, ansioso y emotivos. No puede terminar su proceso de crecimiento y simplemente deja que las cosas » pasen» sin aumir una posición.

 

Los temores del niño a orinarse durante el juego o en la noche, tiene como consecuencias estados de ansiedad e inseguridad. Hay una actitud de aislamiento del grupo y estados de inatención. Todo esto da como resultado una inmadurez afectiva.

 

Fuente: RPP NOTICIAS.

Enuresis en niños2018-01-15T22:30:49+01:00

La Enuresis y el entorno del niño

El entorno del niño es uno de los factores determinantes de la enuresis infantil

El hecho de que un niño miccione de forma involuntaria durante el sueño cuando ha iniciado la edad escolar y sin que haya una lesión que lo justifique puede ser el indicador de la existencia de un problema, no en el propio niño, sino en su familia o en el entorno que le rodea. Así lo ha puesto de manifiesto la enfermera de la familia y la comunidad, Magdalena de Pedro, con motivo del inicio de un curso sobre enuresis infantil organizado por el Colegio de Enfermería de Bizkaia (CEB) y dirigido a las más de 7.000 enfermeras y enfermeros del territorio.

Cuando los padres ven el problema de la enuresis en su hijo, lo primero que se tienen que preguntar es qué puede estar fallando en su conducta con el niño, o buscar también posibles circunstancias ambientales que estén interfiriendo en el normal desarrollo del pequeño”. Cuando un niño no ha alcanzado un rol propio de la edad, “como es orinar de forma adecuada, en los momentos adecuados y en los sitios adecuados”, se considera que realmente hay causas
que le han impedido madurar este aspecto o aprenderlo bien.

Y es que cuando se analizan las causas de este problema, puede existir una predisposición genética, pero se considera que más que una enfermedad es un síntoma que manifiesta otras realidades subyacentes.

“No es una enfermedad monocausal, es sólo un síntoma que obedece a varias causas: entre ellas puede ocurrir que el niño esté estresado justo en la edad en la que aprende a controlar la micción, a los dos años o tres años”. Esto es así porque los niños se estresan con mucha mayor facilidad de la que normalmente se suele suponer, “por presiones de los padres, expectativas paternas desproporcionadas a la edad madurativa del niño, castigos en el medio escolar, etc.”.

Esto no quiere decir que los padres no quieran al hijo, ya que a veces es precisamente todo lo contrario lo que origina el problema: “también puede ser por exceso de amor, por sobreprotección o por considerar al niño como un inválido que no sabe o que no puede, que no controla sus sensaciones corporales”.

 

Castigos y reacciones .

Según ha afirmado Magdalena Ureta, castigar a los niños no suele conducir a nada. Además, los niños cuando son castigados, “reaccionan y en ocasiones castigan también a los padres, a su manera, como puede ser a través de la orina”. Tal y como ha expuesto, “los niños suelen usar la enuresis como castigo a los padres”, como una vía de escape a la agresividad, que, por otro lado, es propia de la edad. Así, “no es ninguna anomalía en un niño el que se orine por castigar, en cierto modo, a sus propios padres” ya sea porque éstos, a su vez, le han castigado, o por alguna rabieta, o porque no le han dejado hacer alguna cosa.

 

Curso a los enfermeros.

El curso sobre enuresis infantil del Colegio de Enfermería de Bizkaia dará comienzo el lunes 28 de enero, en la propia sede colegial, ubicada en la calle Rodríguez Arias 6, 1.º, de Bilbao. El curso tiene una duración de una semana, se impartirá en horario de tarde y es totalmente gratuito para los colegiados que participen en él, al igual que el resto del programa de formación continuada del CEB.El objetivo final del curso es preparar a las enfermeras para que solucionen este problema en las consultas de enfermería de atención primaria y enseñen a los padres a establecer con sus hijos de esas edades unas relaciones proporcionadoras de buena salud y, así, prevenir la aparición de este problema u otros como las anorexias.

Dentro de su contenido, se expondrán una serie de ejercicios “para que el niño tenga una conciencia más presente de sus esfínteres, y luego, haga caso a su cuerpo y asuma su propia responsabilidad”. Pero también se enseña a concienciar a los padres acerca de lo que puede estar sintiendo emocionalmente el niño en cada momento.

En el protocolo que se da en el curso se emplea una terapia de tipo conductista y, posteriormente, otra terapia de tipo emocional, “porque cuando un niño se orina, tiene una gran conciencia de lo que está haciendo; ha tomado la decisión de orinarse o de no querer controlar por la noche y eso es debido a pequeños conflictos emocionales de la infancia”.

 

Edades y prevalencia.

Según los últimos estudios, entre el 12 o el 15 por ciento de los niños menores de seis años tienen enuresis infantil. Entre los tipos existentes, la nocturna es la más frecuente, aunque puede ser nocturna, combinada (diurna y nocturna) e incluso sólo diurna.La edad ideal para que el niño controle la micción se da entre los dos y los tres años. Hablando propiamente de enuresis, se considera que se da en niñas por encima de los cinco años y en niños mayores de seis, ya que se da un poco más de margen madurativo a los niños. Como mucho, se puede prolongar “debido a circunstancias especiales”, hasta los cuatro, aunque, si después de los cuatro años el niño no controla este aspecto, puede ser un indicador de que algo ocurre.

La Enuresis y el entorno del niño2018-01-15T22:30:49+01:00

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